Trabajo infantil una crisis en ascenso en Argentina y el mundo.

Fue en el año del 2002 cuando se declaró el 12 de junio como el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, fecha utilizada para sensibilizar y generar consciencia sobre el trabajo infantil en todo el mundo, con el objetivo de erradicar este tipo de trabajo.

Este año, la fecha coincidió con la presentación de un informe en base a estudios que se realizaron desde el año 2010, por la Organización Internacional del Trabajo, y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. En este estudio, investigaron como la protección social puede reducir la pobreza y la vulnerabilidad de las familias, las dos principales causas para el surgimiento del trabajo infantil. Según este estudio, hubo un progreso muy ralentizado para asegurar los derechos sociales de los niñxs, indicando que 1.500 millones de niñxs, entre 0 y 14 años, lo cual sería un 73,6% de la población total de este grupo, no recibe ningún tipo de prestación económica, sea familiar o infantil. Esto es causado debido a una falta de inversión social de parte de las naciones del mundo.

A pesar de que numerosos países pudieron mejorar en la cobertura de sus programas de protección social, la cobertura mundial sigue siendo baja. Durante el año 2020, pico de la pandemia que afectó gravemente a la economía de todos los países del mundo, menos de la mitad de la población mundial estuvo cubierta por al menos una prestación de protección social. Esto significaría que 4.000 millones de personas no pudieron contar con esta ayuda.

Entre los niñxs, que representan un 28% de la población mundial, se indicó que en 2020 uno de cada diez se encontraba en una situación de trabajo infantil. Esto se traduciría a 160 millones de niñxs.

En Argentina, el trabajo infantil está prohibido y penado con hasta cuatro años de cárcel, sanciones administrativas, multas, y la incorporación del empleador infractor al Registro Público de Empleadores con Sanciones Laborales. La regulación está dada por la Ley Nacional 26.061 de 2005 que protege de manera integral los derechos de los más chicos y, por otro lado, la Ley Nacional 26.390 de 2008 que prohíbe el trabajo infantil hasta los 16 años y establece un marco de protección de trabajo adolescente.

Pero, de todas maneras, en el país uno de cada diez jóvenes por debajo de los 15 años trabaja, y durante la pandemia la situación solamente fue empeorando, afectando cada vez a más niñes. Según el INDEC, en el segundo semestre del 2021, más de un 27,9% de las casas argentinas estuvieron por debajo de la línea de la pobreza, implicando que un 51,4% de los menores de 14 años en todo el país eran pobres. Esta situación es incluso más grave en zonas rurales.

Por los últimos resultados de la Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes, podemos decir que 763.543 niñes y adolescentes de 5 a 15 años trabajan en el país. De este número, 206.635 trabajaban en zonas rurales. Pero tenemos que tener en cuenta, que debido a que la encuesta fue realizada en 2018, hace cuatro años, las cifras actuales son probablemente mayores.

¿Y cómo se puede lidiar con el trabajo infantil, en el país y en el mundo?: con la presencia del estado, mediante programas sociales de trabajo y de ayuda económica. Es necesario tener en cuenta que el trabajo infantil conlleva muchas consecuencias negativas para los más chiques, como en la salud y en la trayectoria educative. Pero el camino indicado no es culpabilizando a las familias, ya que la gran mayoría de estas solamente se ven obligadas a hacer trabajar a sus niñes, debido a la grave economía de la Argentina, que cada vez se está agravando más.
txt: Max D.