Si no es consentido, no es sexo.

En el día del sexo, es importante saber como constituir límites personales y respetar los de las demás personas.

Fundación Huésped nos acerca el ABC del consentimiento
Aceptar hacer algo libremente.
Es el paso obligatorio en todas y cada una de las relaciones sexuales.
Para que el sexo sea consentido, es necesaria la comunicación entre las personas.

Preguntar es la clave
Antes del beso, la caricia o el acto sexual concreto, hay que tener claro que todas las personas lo quieren.
PREGUNTÁ! Es mucho más cómodo saber que quieren lo mismo.

Es importante tener muy en cuenta que: si todas las personas accedieron a participar de la relación sexual, eso es SEXO.
Si alguna de ellas NO accedió e igual se procede al acto, eso es violación, agresión o abuso sexual.

Nunca des por sentado:
Conductas anteriores
Como va vestida/do
El lugar
El silencio
Estar en pareja desde hace tiempo
Nada excepto un SÍ indica consentimiento

Si existe:
Presión
Manipulación
Si la persona no está en condiciones de dar su consentimiento por ejemplo por estar durmiendo o bajo la influencia de drogas o alcohol
Significa que el sexo NO es consentido

Cada SÍ cuenta
Decir Sí a algo, no quiere decir aceptar hacer otras cosas.
El consentimiento es específico y es fundamental tener toda la información.

El consentimiento es reversible
Las personas pueden cambiar de opinión en cualquier momento o situación y deberá ser respetado.
Si cambiaste de opinión y no se tiene en cuenta, es decir no se detienen. NO es sexo consentido.

Un NO
No es duda
No es histeriqueo
No es falta de confianza
No es necesidad de consentimiento
No es un “sí camuflado”
Es NO
Hacé lo que deseás, no lo que la otra persona espera que hagas. Si notás que la otra persona tiene dudas o no está entusiasmada, asegurate de que realmente quiera hacerlo.

El sexo es consentido. Sino, no es sexo.