Y si los tangos cuentan historias, uno de ellos debería narrar lo ocurrido en el Palais de Glace el 11 de diciembre de 1915.
El Palais de Glace, traducido”palacio de hielo”, fue construido a principios del siglo XX como una pista de patinaje sobre hielo y un club social que respondían al entretenimiento de moda de la alta burguesía porteña del momento, que llevaba un estilo de vida, costumbres y pasatiempos con marcado rasgo europeo.
La pista de patinaje circular ocupaba el salón central y a sus alrededores se distribuían palcos y salones de tertulias. El techo abovedado culminaba en la cúpula con un gran lucernario destinado a darle luz natural a la pista de patinaje. Estas características estructurales se mantienen en la actualidad.
Alrededor de 1912 el edificio fue comprado por el cónsul de Suiza, barón Antonio Demarchi, yerno del presidente Julio Argentino Roca, quien lo convirtió en un salón de baile, para lo que se le añadió un piso de roble. En el mismo, Demarchi organizó un evento que marcó un hito en la historia del tango, con una orquesta al mando de Genaro Espósito y Enrique Saborino como bailarín, para demostrar que el tango no era un baile obsceno como afirmaban sus críticos. Luego de este evento el palacio se convirtió en el lugar donde la alta sociedad se reunía para eventos de tango.
Y si los tangos cuentan historias, uno de ellos debería narrar lo ocurrido en el Palais de Glace el 11 de diciembre de 1915. Carlos Gardel, quien ese día cumplía 25 años, estaba por ingresar junto a su amigo el actor Elías Alippi, cuando un hombre (luego identificado como Roberto Guevara) se interpuso y le efectuó un disparo en el pecho con un revólver.
Inmediatamente, Gardel fue trasladado al Hospital Ramos Mejía, donde se comprobó que el cantante tenía alojada una bala en su pulmón izquierdo. Los médicos le informan dos cosas: por un lado, que era muy peligroso sacar la bala. Por el otro, que no entendían cómo no estaba muerto. Con más vidas que un gato, Gardel se recupera al poco tiempo.
Algunas versiones coincidentes señalan que Gardel tenía un amorío con una mujer conocida como Madame Jeanette o La Ritana, quien estaba comprometida con Juan Garesio, dueño del famoso cabaret Chantecler. Al enterarse del romance, mandó a pegarle un tiro a Gardel.
Si bien este incidente no le causó grandes molestias, no podemos evitar preguntarnos hasta dónde habría llegado Carlitos de no tener que cargar con un plomo metido nada menos que en el pulmón.
A pocos años de este incidente, debido a un plan de remodelación de edificios de la Ciudad de Buenos Aires, la Municipalidad lo cede al Ministerio de Educación y Justicia para que sea la nueva sede de la Dirección Nacional de Bellas Artes.
Hoy en día, el edificio Belle Époch en el barrio de Recoleta alberga una selección siempre cambiante de exposiciones culturales, históricas, musicales y artísticas, así como la Exposición Nacional de Artes Visuales.
Ha sido catalogado como Monumento Histórico Nacional desde 2004, lo que significa que gracias a su interés y valor goza de una protección jurídica específica recogida en la Ley para su preservación, enriquecimiento y exhibición.
Actualmente se encuentra cerrado por obras de restauración, puesta en valor y adecuación tecnológica. Pero definitivamente es una parada obligatoria para todos aquellos que les guste el arte, la historia y la cultura argentina.
Lola S. (@lolask_) Redacción Recoleta