Ubicado en Plaza Francia, en el barrio de Recoleta, se encuentra el monumento dedicado a la personalidad de Luis Agote. Específicamente, se encuentra en la esquina entre la Avenida del Libertador y Dr. Luis Agote, calle llamada en forma de homenaje a este hombre. Creada por el escultor Ángel Luque, se inauguró en 1973.
Luis Agote nació en Buenos Aires el 22 de septiembre de 1868, y fue un médico e investigador argentino, quien se convirtió en el primer médico del mundo que realizo transfusiones de sangre indirectas sin que la sangre se coagulara en el recipiente utilizado, usando citrato sódico. También, participó políticamente en la Provincia de Buenos Aires entre 1910 y 1920.
Realizó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional Central, que ahora conocemos como el Colegio Nacional de Buenos Aires. Al terminar sus estudios secundarios, ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires en 1887, y se gradúo en 1893 con una tesis sobre hepatitis supurada. Pasó por varios cargos de gran relevancia como la Secretaría del Departamento Nacional de Higiene, ser medico de sala y jefe de sala del Hospital Rawson, y profesor titular de Clínica Médica en la Universidad de Buenos Aires. Pero su logro más importante fue cuando en 1914 creó el Instituto Modelo de Clínica Médica del Hospital Rawson, lugar donde se dedicó a investigar, enseñar profesionalmente, y asistir a enfermos. Fue aquí, tras estar preocupado por las hemorragias en pacientes hemofílicos, donde trató de resolver el problema, investigando métodos para evitar la coagulación de la sangre al momento de las transfusiones.
Entre sus primeros intentos se incluyó usar recipientes especiales y mantener la sangre a temperatura constante, los cuales no funcionaron. Fue en este momento que comenzó a buscar alguna sustancia, que, al ser añadida a la sangre, prevenga la coagulación. Tras muchas pruebas con microorganismos y animales, sin saber el funcionamiento bioquímico que estaba involucrado, descubrió que el citrato de sodio lograba el efecto buscado. No solamente esto, sino que también la sustancia era tolerada y eliminada por el organismo sin causar ningún tipo de problemas.
El 9 de noviembre de 1914 realizó su primera prueba con una persona, en un aula del Instituto Modelo de Clínica Médica, acompañado del Rector de la Universidad de Buenos Aires, el decano de la Facultad de Medicina, el director general de la Asistencia Pública, y el intendente municipal, además de bastantes académicos, profesores y médicos. El paciente en cuestión había perdido grandes cantidades de sangre, y recibió una transfusión de trescientos centímetros cúbicos de sangre con citrato de sodio añadido, donados por un empleado de la institución. A los tres días, el enfermo fue dado de alta.
Así fue como Luis Agote logró resolver el problema de las transfusiones de sangre, el cual, en la época de la Primera Guerra Mundial, estaba desesperando a los médicos de los ejércitos europeos. Este aporte, de parte de Luis, fue un gran alivio para la medicina mundial, proveyendo un método simple y sencillo para finalmente lograr las transfusiones de sangre. Luis Agote, al confirmar el funcionamiento de su práctica, lo comunicó inmediatamente a medios de prensa, representaciones diplomáticas de todos los países entonces en guerra y revistas médicas internacionales, resaltando su solidaridad para salvar numerosas vidas de personas en riesgo de muerte.
Pero la vida de este hombre no se concentró solo en la medicina, siendo también Diputado y senador en la Provincia de Buenos Aires, Comisionado Municipal del Partido de General San Martín, y dos veces Diputado Nacional. En este último puesto, fue el autor de leyes como la creación de la Universidad Nacional del Litoral y la anexión del Colegio Nacional de Buenos Aires a la Universidad de Buenos Aires. Escribió sobre temas médicos y sanitarios, literarios e históricos. Recibió múltiples distinciones en su vida, siendo reconocido por el Colegio Nacional, la Universidad de Buenos Aires, y más.
Falleció en la ciudad de Turdera el 12 de noviembre de 1954, tres días después de que se hayan cumplido los 40 años de la primera transfusión de sangre realizada por él.
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