Monumentos del barrio. Heracles, El arquero.

La escultura de Heracles, el arquero, se encuentra en el barrio de Recoleta, en la Plaza Dante, delimitada por las avenidas Pueyrredón, Figueroa Alcorta, y la calle Emilio Petorutti. Es una escultura de un gran tamaño, hecha con bronce hueco, cuyo color con el paso del tiempo se fue convirtiendo en un bello azul verdoso, por la pátina del bronce. Presenta un estilo expresionista con un cierto romanticismo, y se transformó en un ícono de la modernidad vanguardista del esculturismo. La copia fue adquirida por la Ciudad de Buenos Aires en la década de 1930, y estuvo en la Plaza Lavalle de San Nicolas. Existen diez copias de la obra, en Tokio, Estados Unidos, Praga, Toulouse, Estocolmo, y más.

Heracles es un semidios argivo, hijo del dios Júpiter (Zeus) y de Alcmena, una mujer mortal, y fue el más grande de los héroes griegos, caracterizado por su fuerza sobrehumana. En un momento de locura, provocado intencionalmente por la diosa Juno, el hombre asesinó a su esposa, a sus hijos y a sus sobrinos. Como castigo, tuvo que llevar a cabo doce trabajos que desafiaron los poderes de bestias y seres sobrenaturales, para los cuales tuvo que utilizar su gran fuerza.. Es mostrado como un arquero apuntando hacia arriba, retratando la imagen de Heracles matando con flechas a los pájaros del lago Estinfalo, los cuales estaban atacando humanos y cultivos. Cuenta la historia que tuvo que forzar la salida de estos pájaros de las selvas donde se escondían, mediante el uso de unos chinchines de bronce.

Heracles fue realizado por Émil Antoine Bourdelle, uno de los escultores franceses más destacados de su época (o del tiempo). Además de escultor, era dibujante y pintor. Estudió en la Escuela de Bellas Artes de París, y fue contratado luego por Augusto Rodin para trabajar en su taller. Fue así como construyeron una relación de respeto y admiración, pero tomando distintos caminos estilísticos. Trabajaron juntos por 40 años, y el taller fue convertido en un museo posteriormente. Tuvo como maestros a figuras muy importantes de su tiempo, como Alexandre Falguière y Jules Dalou.

El artista terminó la obra a sus 48 años y la presentó entre 1910 y 1913 en el Salón de la Société Nationale des Beaux Arts, y es considerada por muchos como su mejor obra. Está firmada por el autor, con tres sellos conteniendo su firma y el nombre de la obra. Pesa 500 kilos, mide 2 metros y 40 centímetros, tiene una longitud de 2 metros y 30 centímetros, y una profundidad de 1 metro y 32 centímetros.

Émil Antoine Bourdelle fue considerado el mejor escultor vivo en su tiempo. Predomina en su trabajo la mitología griega, el realismo interpretativo, la innovación, la monumentalidad. Su repertorio de esculturas fue cuidadosamente construido, y en Buenos Aires tenemos la fortuna de poseer tres obras más del autor (sin contar a Heracles, el arquero); el monumento al General Carlos María de Alvear, el Centauro herido, y una obra no tan conocida dentro de la Ciudad, el escudo nacional que se encuentra en la cara posterior del pedestal del Monumento a Sarmiento, en el Parque Tres de Febrero, en Palermo.

Desafortunadamente, en 2014, su arco de bronce fue robado, parte característica de la escultura. Se presentó una denuncia el 1 de julio de 2014 a la MOA (Monumentos y Obras de Arte), quien debería encargarse de la protección de obras y monumentos, además de su recuperación. A día de hoy, el arco no fue repuesto por el organismo, y los vecinos siguen reclamando, para recuperar esta parte tan importante de una escultura tan bella y tan importante para la Ciudad de Buenos Aires. Se manifiesta entre los vecinos una necesidad de instalar cámaras de seguridad para monitorear estos monumentos artísticos tan relevantes y que enriquecen tanto nuestros espacios, ya que la pérdida es un hecho lamentable.
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