Monumentos del barrio. El segador: la escultura que representa a los trabajadores.

En el barrio de Recoleta, precisamente en la Plaza Rubén Darío, delimitada por las avenidas del Libertador, Pueyrredón, Figueroa Alcorta, y la calle Austria, podemos encontrarnos con la escultura de “El segador”, la cual plasma a un trabajador poniendo su atención completa en su labor. Se encuentra con la guadaña en sus manos, segando, con la apariencia de ser un personaje intemporal y permanente. Por supuesto, la escultura tiene una connotación sociológica, retratando al trabajador como un hombre digno, respetable, y situándolo dentro del corazón del impulso económico industrial. Tiene un cierto toque heroico.

El segador fue hecho por Constantin Meunier, pintor y escultor belga, quien nació en Etterbeek, en el país de Bélgica, el 12 de abril de 1831, y falleció en el mismo país, pero en Ixelles, el 4 de abril de 1905, a los 73 años. Estudió en la Academia de Bellas Artes francesa, y en la Academia Real de Bellas Artes de Bruselas. En sus comienzos, se dedicó a pintar escenas religiosas, y fue marcado profundamente por su visita a Borinage, “el país negro”, una región minera en la provincia de Hainaut en Bélgica. Fue acompañado en el viaje por el escritor Camille Lemmonier, amigo suyo. Fue aquí que se adentró en el Partido Obrero Belga, comenzando a militar como socialista. En una época en la que Bélgica estaba atravesando drásticos cambios por la aparición de la siderurgia y el impulso de organizaciones sindicales, políticas y obreras, se sintió inspirado para concentrar su trabajo artístico en este ámbito.

“Y luego el azar me dejó en el “país negro”, el país industrial. Me conmocionó esa belleza trágica y salvaje. Sentí en mí como una revelación de que una obra de vida se tenía que hacer. Una inmensa piedad me sobrecogió.”

Fue así como se colocó como pionero en el realismo social, que llenaba un vacío en la representación de la realidad. Sus pinturas se caracterizaron por ser oscuras y dramáticas, y sus esculturas por sus bronces angulosos. Fue muy elogiado en su tiempo como realizador, y hasta fue reconocido por Vincent Van Gogh, en una carta que le envió a su hermano Theo, escrita en 1889 en Saint-Rémy de-Provence.

“Querido Theo: En todas sus obras, Meunier es de lejos superior a mí. En Bruselas, vi sus pinturas en una exposición. De hecho, es el único artista belga que me ha emocionado de verdad. Pintó a los metalúrgicos de Borinage y sus acompañantes en los caminos, en la mina o en las fábricas. Sus obras se distinguen claramente tanto por el color como por el tratamiento. Ha pintado todas esas cosas que siempre he soñador realizar.”

Fue durante los últimos años de su vida que produjo las esculturas del “Monument au Travail”, en Bruselas, que se concluyó posteriormente a su muerte. En esta obra se inspiró por su trabajo en las minas y en distintos sectores industriales, por la dureza que pudo experimentar con sus propios ojos, idolatrando al trabajador. El “Monument au Travail”, gira en torno a la Bélgica industrial de los finales del siglo XIX, y se encuentra en un lugar específico que hay que destacar, en el borde del puerto de descarga, donde llegan mercancías procedentes de las fábricas de Charleroi y del puerto de Amberes.

Tiene distintas partes dentro del gran conjunto de la escultura:
. La maternidad, erigida simbolizando al futuro.
. En tres ángulos, el antepasado y la tradición representada con un hombre de edad, el minero representado por minas de hulla, y el herrero por la metalurgia.
. Sobre este conjunto se erige El Sembrador, personificando el cultivo de la tierra y la producción.
. Y los bajorrelieves de los laterales, referenciando a la industria, la mina, la cosecha y el puerto.

La obra fue comenzada en 1890, y debido a su impresionante monumentalidad, Constantin Meunier no llegó a terminarla para 1905, año en el que falleció, el encargado de finalizarla Mario Knauer, tardó 25 años para cumplir el objetivo en 1930.
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