Monumentos del barrio. El Sediento: escultura en mármol de Carrara creada por María Luisa Isella.

En la plaza Rodríguez Peña, ubicada entre Rodríguez Peña, Marcelo T. de Alvear, y las avenidas Callao y Paraguay, se encuentra “El sediento”, escultura de mármol de Carrara, la cual es rodeada por una fuente de la que brotan finos chorros de agua, retratando a un joven bebiendo esta misma agua, calmando su sed, apoyando su mano sobre un pedestal rústico y asentándose sobre uno de sus pies. La obra no supera el metro de alto.

Fue inaugurada en 1914, y realizada por la escultora argentina Luisa Isabel Isella de Motteau, nacida el 21 de octubre de 1886 en San Isidro, misma localidad donde falleció el 15 de enero de 1942, a sus 55 años. Hija de padres italianos, durante su vida recorrió Argentina, Italia, Francia y Chile y se destacó por su trabajo en la representación del cuerpo femenino. Tuvo una larga carrera como académica, siendo en su momento la única mujer nombrada profesora en la Academia Nacional de Bellas Artes de Argentina.

Empezó sus estudios en Monza, ciudad de Italia, y llegó a ser estudiante del pintor Paolo Sala. Cuando su padre Carlos Isella es contratado para la industria minera en Chile, se mudó junto a su familia a Copiapó. En Chile, Luisa Isella ingresó a la Academia de Bellas Artes, donde fue estudiante de los escultores Simón González y Virginio Arias, y Juan Francisco González en pintura.

En Chile, fue una de las primeras mujeres fotografiadas en su taller e identificada como retratista en 1900 por la revista Instantáneas de Luz y Sombra. Comenzando a desarrollarse artísticamente como pintora y escultora, la primera aparición de Isella se realizó en el Salón de 1898 del Museo Nacional de Bellas Artes de Chile, participando al año siguiente con 4 pinturas.

Debido que en esa época no estaba permitida la recepción de premios por parte de mujeres, Isella debió ser representada por un familiar masculino cuando recibió una mención honorosa. En 1908 viajó a Francia, gracias a una beca otorgada por Carlos Pellegrini. Es allí donde es admitida en el Salón Oficial de París del mismo año y consiguiendo una mención honrosa con la obra “El sediente”, en la Sociedad de Artistas Franceses.

Mantuvo contacto con un grupo importante de artistas que resultaron ser fuertes íconos de la escultura a inicios de siglo, como las escultoras Rebeca Matte, Laura Mounier, Lidia Berroeta, María Soto, Octavia Sei, Emma Díaz, Luisa Graf Marín y Teresa Valencia, conformando un grupo de mujeres productoras y creadoras que marcaron la escena artística chilena a comienzos del siglo XX.

Aunque las obras de Isella se centraron principalmente en mujeres, en la fotografía de su taller publicada en 1900 por la revista “Instantáneas de Luz y Sombra”, se la ve como retratista de modelos masculinos, pequeñas maquetas de modelos clásicos y otros de carácter moderno ligados a las artes decorativas, que evidentemente no eran presentadas en salones oficiales, siendo encargados por privados.

Las obras de Isella fueron difundidas a través de algunas pequeñas notas en la revista Zig-Zag, como también en la revista Selecta. Estas publicaciones son las principales fuentes de acceso a las obras escultóricas de Isella, por lo que se ha perdido información, por ejemplo, del tamaño de las obras, su volumen y el detalle de su ejecución. Luisa se terminó convirtiendo en una muy importante figura en el arte de la escultura, gracias a su particular estilo y su retrato de las mujeres, tan personal y tan propio.
txt Max D