En el Cementerio de la Recoleta, ubicado en Junín 1760, una de las mayores atracciones turísticas, culturales e históricas que tiene para ofrecer la Ciudad de Buenos Aires, dentro del barrio de Recoleta, se encuentra el mausoleo dedicado a Liliana Crociati de Szaszak.
Liliana nació en 1944, hija de un famoso coiffeur de la Ciudad de Buenos Aires, y de Adriana Ana Balduino, artista y excelente pintora. A sus 26 años, en 1970, se encontraba viviendo una feliz y plena vida; había descubierto su pasión por los artes (como su madre), estudiando Bellas Artes, y practicaba natación y piano además de baile clásico. También, una de las grandes pasiones de Liliana, o “Lili” para su familia, era viajar por el mundo. Sea sola o acompañada de su familia, sus amigas o su esposo (Janos Szaszak, llamado “Jancsi”).
Ambos amaban esquiar, y viajaban a Francia durante el invierno para poder practicar el deporte. Y fue en uno de estos viajes en 1970, específicamente en febrero, que se dirigieron a Val d’isere, una comuna de Francia. Pero a último momento, tuvieron que cambiar de planes porque el clima no iba a permitir que esquíen. Fue así como se dirigieron hacia Austria, recorriendo los Alpes en auto, y finalmente llegaron al complejo de esquí Zürs am Arlberg.
Los primeros días pasaron perfectamente, con la pareja disfrutando de su estadía en la localidad. Pero la noche del 26 de febrero, cuando Liliana y Janos se encontraban durmiendo en el hotel Piz Buin (a 64 kilómetros al oeste de Innsbruck), que sucedió la tragedia. Una avalancha se dirigió al hotel, rompiendo las ventanas y llenando las habitaciones de nieve. Fue todo muy rápido, y no pudieron escapar.
No fueron los únicos que sufrieron las consecuencias de este incidente, ya que en el hotel se encontraban cientos de personas de todas partes del mundo. Los equipos de rescate acudieron lo más rápido posible a la escena del desastre, y pudieron salvar a Janos, quien estaba sufriendo de una hipotermia, la cual logró sobrevivir. Pero Liliana no tuvo esa suerte; se encontraba en grave estado, y fue transportada en helicóptero hasta Innsbruck, donde se declaró que Liliana sufrió de una muerte cerebral irreversible. Janos, totalmente devastado, tuvo que enfrentar la fuerte situación, y consentir a la desconexión de su esposa.
Su padre y su madre quisieron homenajearla, y decidieron hacerlo con una tumba especialmente diseñada por su madre, con un estilo neogótico. Así, incluyó grandes vidrieras que permiten la entrada de mucha luz al mausoleo, que contrastan con el resto de las bóvedas, un retrato de Liliana en su sepulcro, un estrato adornado con una placa con un poema italiano compuesto por su padre, que reza así: “Solo me pregunto por qué te has ido y has dejado destrozado mi corazón. ¿Quién solo te quería por qué? Solo el destino sabe el por qué y me pregunto, ¿por qué? ¿Por qué no se puede estar sin ti, por qué? Tan linda eras que la naturaleza, envidiosa, te destruyó, ¿por qué? Solo me pregunto si hay Dios, ¿por qué se lleva lo que no es suyo? […] Solo se que siempre sueño contigo- Por todo el amor que siente mi corazón por ti. ¿Por qué? ¿Por qué? Tu papá…
y una estatua de bronce verde llevada a cabo por Wílfredo Viladrich, representando a la mujer en escala real, con su vestido de novia, su anillo de compromiso y su mano descansando sobre la cabeza de su perro, Sabù (que suele tener el hocico reluciente, debido a la gran cantidad de personas que lo acarician por la buena fortuna).
La leyenda urbana mantiene que la mascota murió, en Argentina, el mismo día que Liliana murió, a miles de kilómetros de distancia. Pero esta leyenda fue desmentida, ya que el perro había fallecido años atrás, y su inclusión en la escultura fue debido a que el escultor Wieredovol Viladrich se basó en una foto que lo incluía. También hay quienes dicen que su esposo murió junto a Liliana ese día y que su cuerpo nunca apareció (lo cual no es cierto…), y otros que aseguran que el espíritu del hombre continúa decorando la bóveda de Liliana con flores.
txt: Max D.