El Cementerio de la Recoleta, ubicado en Junín 1760, una de las mayores atracciones turísticas, culturales y históricas que tiene para ofrecer la Ciudad de Buenos Aires en el barrio de Recoleta, lleva consigo una innumerable cantidad de leyendas y mitos. La gran mayoría no pueden ser comprobados de ninguna manera, por lo tanto, son solo eso, leyendas y mitos. Pero no es el caso para todas las historias que toman lugar en el Cementerio, y específicamente, no es el caso de Isabel Elisa.
El 9 de mayo de 1847, un hombre acompañado de su esposa llegó al Puerto de Buenos Aires, recibido por una comitiva oficial que lo llevaría a la casa en la que se hospedarían durante su tiempo en el país. Juan Manuel de Rosas, gobernante de Buenos Aires, comunicó la llegada de este hombre, emisario oficial de Francia, junto a su comitiva, y destacó “la eminencia del gobierno que representan, la importancia e interés de su alta misión y también el elevado rango y recomendables cualidades personales” del hombre, llamado Conde Walewski. Pero lo que no mencionó Juan Manuel de Rosas, es que Walewski era hijo de Napoleón Bonaparte, quien había fallecido 25 años antes. Era un secreto, no muchas personas lo sabían en el país.
Fue así como Juan Manuel de Rosas les dio el mejor trato posible durante la estadía de la pareja, ofreciéndoles la mejor casa de Buenos Aires en ese entonces, extremadamente moderna y con agua por cañerías, lo cual era nuevo para ese entonces. Esta casa pertenecía a Esteban Adrogué, y fue desalojada por él y su familia a pedido de Rosas, como un favor.
De nombre complete Alexandre Florian Józef Colonna Walewski, su parentesco con Napoleón es inmediatamente reconocible con tan solo una mirada, debido a su fisonomía, el contorno de su cara y su mirada. Nació el 4 de mayo de 1810 en el Castillo de Walewice, en Polonia, siendo el segundo hijo de Napoleón, de parte de la relación que mantuvo con la condesa María Walewska.
Su llegada a Buenos Aires, a sus 37 años, se debió al conflicto que estaba presentando la Confederación Argentina contra Francia e Inglaterra con respecto a la libre navegación de los ríos que anhelaban los países europeos.
La mujer que lo acompaño aquí, su esposa, María Ana Catherina Cassandra di Ricci, condesa de Bentivoglio, estaba a punto de dar a luz cuando estaban llegando a Buenos Aires, y terminó sucediendo en las tierras argentinas, el 12 de mayo de 1847. Pero, trágicamente, la pequeña niña no pudo vivir más de dos meses, incluso con la mejor atención médica disponible en el país.
La hija de Conde Walewski y María Ana Catherina Cassandra di Ricci llegó a ser bautizada con el nombre de Isabel Elisa el 13 de junio, en la iglesia de La Merced, por el sacerdote Pedro Durand. Y el 3 de julio, quedó firmado el ingreso de Isabel Elisa Walewski al Cementerio de la Recoleta, pero sin ninguna ubicación declarada.
Por más de un siglo, nadie supo donde se encontraban sus restos. Se llegó a pensar que se podrían haber perdido en la reforma de Recoleta de 1880, hasta que se descubrió en los registros que se encuentra descansando junto a su madrina, María Josepha Patrona de Todos los Santos Sánchez de Velasco y Trillo, más conocida como Mariquita Sánchez de Thompson (que en su lápida figura como María Sánchez de Mendeville). La pequeña Isabel Elisa, desgraciadamente, no tiene ninguna placa que la recuerde.
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