Fue inaugurado 17 de Noviembre 1822 como primera necrópolis pública de la ciudad, en tierras que pertenecían a los monjes recoletos, y su trazado fue obra del ingeniero francés Próspero Catelin.
Cuenta con alrededor de cinco mil bóvedas que deslumbran por su diseño arquitectónico, sus esculturas, vitrales y bronces.
Su atractivo no sólo lo debemos a la belleza en sus fachadas, sino a las importantísimas personalidades que en él descansan.
En las bóvedas y tumbas de este cementerio reposan protagonistas de la historia fundacional de la patria, el inicio de la historia Argentina como Domingo F. Sarmiento, Bartolomé Mitre, Hipólito Irigoyen, Juan Manuel de Rosas, Remedios Escalada de San Martín, Eva Duarte de Perón y Raúl Alfonsín.
La más atractiva, de mayor interés y más visitada de las bóvedas es en la que yace Eva. María Eva Duarte de Perón, primera dama del presidente Perón, impulsora del reconocimiento de los derechos de los trabajadores y la mujer, el voto femenino (1947) entre ellos.
También destacan personalidades como premios Nobel, escritores, Médicos, Deportistas, Artistas.
Por sus manifestaciones a nivel escultórico, es comparado a importantes cementerios del mundo como Père-Lachaise, en París o la necrópolis de Staglieno, en Italia.
Setenta de sus bóvedas han sido declaradas Monumento Histórico Nacional.
En la actualidad no existen parcelas disponibles ya que sus bóvedas han sido concedidas a perpetuidad.
Su superficie es de 5,5 hectáreas y sus límites son las calles Junín, Quintana, Vicente López y Azcuénaga.
Desde 1946 es considerado Museo Histórico Nacional.