Historia y Arquitectura del Edificio de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno.

La Biblioteca Nacional Mariano Moreno, ubicada en el barrio Recoleta de Buenos Aires, destaca como una de las instituciones más relevantes del continente americano. Sin embargo, su historia y singular arquitectura la convierten en una obra única en el mundo. La concepción de este fascinante edificio se remonta a finales de los años 50, cuando el renombrado escritor Jorge Luis Borges ocupaba el cargo de director. Dada la magnitud del acervo y su constante expansión, Borges impulsó la creación de una nueva sede, la tercera en la historia de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, nombrada así en honor a su primer director y destacado líder de la Revolución de Mayo.

El concurso nacional para diseñar la nueva Biblioteca Nacional se lanzó en 1961 bajo la dirección de Borges y bibliotecarios expertos que aseguraban la adecuación del edificio a las necesidades del acervo, manteniendo la preservación de los espacios verdes y elementos botánicos circundantes. El proyecto ganador fue presentado por los arquitectos Clorindo Testa, Francisco Bullrich y Alicia Cazzaniga, pero debido a la inestabilidad política en Argentina, la construcción enfrentó retrasos significativos. Finalmente, en 1971, se colocó la piedra fundamental y las obras se retomaron en 1982. La Biblioteca Nacional Mariano Moreno fue inaugurada en 1992, y su traslado desde la antigua sede en San Telmo llevó un año adicional.

La arquitectura de la biblioteca presenta un diseño prácticamente rectangular de hormigón expuesto sostenido por cuatro “patas” que contienen escaleras y ascensores. El esquema evoca la figura de un gliptodonte, un mamífero extinto con armadura cuyos restos fueron descubiertos en la excavación del terreno. Los arquitectos idearon un nuevo enfoque para las conexiones entre cada espacio de la biblioteca. La planta baja, de construcción mínima, se integra armoniosamente con las áreas verdes circundantes, mientras que un mirador urbano en las salas de lectura establece una profunda conexión con el mundo exterior. La decisión de ubicar los depósitos de libros en el subsuelo permitió ganar espacio en las salas y dejar margen para la expansión del acervo.

Detalles y Renacimiento del Estilo Brutalista

El brutalismo, un estilo arquitectónico que ganó popularidad a mediados del siglo XX, alcanzó su apogeo en los años 70 antes de caer en desgracia. Su distintiva estética, caracterizada por el uso del acero y concreto reforzado funcional, elementos modulares y enfoque utilitario, lo llevó a ser empleado principalmente en edificios institucionales y proyectos de viviendas sociales. A menudo asociado con los ideales socialistas y vinculado a la teoría urbana del siglo XX, el brutalismo encontró fuerza particular en el Reino Unido y países comunistas de Europa del Este.

El nombre “brutalismo” no proviene de su apariencia “brutal” o áspera, sino del término francés “béton brut,” que significa “hormigón en bruto.” Este estilo arquitectónico adoptó la idea modernista de un diseño racional y eficiente para producir la mejor arquitectura posible.

Sin embargo, a partir de los años 80, el brutalismo sufrió un declive debido a su asociación con la decadencia urbana y al deterioro del hormigón crudo que se utilizaba en la construcción. Muchos edificios brutalistas fueron demolidos en ese período. Sin embargo, en los últimos años ha surgido un renovado interés y aprecio por este estilo arquitectónico, impulsado en parte por la celebración de su estética gráfica y la conciencia de la importancia histórica y cultural de estos edificios. Libros y publicaciones como SOS Brutalism: A Global Survey, How to Love Brutalism, Soviet Bus Stops y This Brutal World han contribuido a difundir y rescatar el legado del brutalismo.

En la actualidad, se están construyendo nuevos proyectos con un enfoque neobrutalista, que conserva el estilo característico y la permanencia que este tipo de arquitectura ofrece en un mundo en constante cambio. Aunque algunos edificios brutalistas han desaparecido, todavía podemos encontrar ejemplos en todo el mundo, siendo Londres y varias ciudades de Estados Unidos y Canadá algunos de los lugares donde más se concentran. Esta nueva apreciación por el brutalismo resalta la capacidad atemporal y la calidad gráfica que lo convierten en un estilo arquitectónico de valor histórico y estético.
Txt: Lucio Noguera