Datos curiosos de un emblema del barrio de Recoleta.
Un cementerio ciudad
Esta necrópolis, diseñada por el ingeniero francés Próspero Catelin fue pensada y dispuesta como una ciudad con sus avenidas y calles formando cuadras.
La extensión de 5.5 hectáreas de tierra que ocupa el cementerio, pertenecía a los Monjes Recoletos, a quienes se las expropiaron en 1822.
En 1881, durante la presidencia de Alvear, se levantaron los muros que hoy rodean la propiedad y se construyó la fachada de la entrada principal con sus columnas de estilo dórico.
Público
Por tratarse de un cementerio público, las primeras personas sepultadas en su tierra fueron un esclavo liberto de nombre Juan Benito y una mujer uruguaya llamada Dolores Maciel. Hoy se trata de uno de los cementerios privados más caros de la ciudad.
Un cementerio Museo
El cementerio exhibe estilos Art Nouveau, Art Deco, Barroco y Neo-gótico en sus 6400 estatuas, sarcófagos, cajones y criptas realizadas en mármol. En su recorrido se encuentran también símbolos masones e iconografía religiosa. Entre 1880 y 1930 los materiales para la construcción de las tumbas eran traídos desde Milán y París. Todos estos detalles lo constituyen como un Museo al aire libre.
Tumbas Monumento Histórico Nacional
El cementerio alberga los restos de innumerables personalidades importantes, la más destacada es Eva Duarte de Perón, pero están también Pellegrini, Roca, Illía, artistas y premios nobel. Más de 90 de sus tumbas son proclamadas Monumento Histórico Nacional.
Cuentos de la cripta
Cuenta la historia que David Alleno empleado del cementerio, deseaba comprar una de esas tumbas por lo que ahorraba cada centavo que ganaba. Encomendó el diseño de su tumba a un arquitecto y a un escultor genovés para realizar un bajo relieve en sus ropas de trabajo. Cuando la tumba estubo terminada, Alleno se suicida tomando veneno a los 35 años. Los trabajadores del cementerio dicen oír ruidos provenientes de la tumba de Alleno, y lo atribuyen a su disconformidad con su lugar de descanso.