Reemplazarías comer carne de animal por comer carne cultivada si supieras que preserva la salud, evita la degradación excesiva de los recursos naturales y contribuye al cuidado del medio ambiente?
Desde la premisa los animales son amigos, no comida muchas personas eligen no consumir carne, algunos desechan la carne pero en su dieta aparecen los lácteos y otros deciden no comer ningún alimento derivado de los animales.
Si estás en el segmento de los que gustan de la carne pero deciden no comerla por respeto a la vida del animal y el cuidado del planeta, ésta podría ser una opción a tener en cuenta.
Si bien sabemos que el laboratorio Craveri aquí en la argentina, presentó B.I.F.E., no es un tema del que haya hablado mucho, pero se presenta como una buena alternativa, dado los tiempos que corren.
Qué es B.I.F.E?
Bife, cuyas siglas significan Bioingeniería en la Fabricación de Elaborados y con la idea de “Comé carne, no animales”, el laboratorio utiliza técnicas de cultivo para desarrollar un sustituto de la producción de carne tradicional. Cuando el titular de la empresa Juan Craveri, decidió incursionar en la carne cultivada en el año 2016, su laboratorio llevaba 20 años investigando la tecnología de cultivo para la multiplicación de células.
Cómo llegamos a la carne cultivada.
Se trata de obtener carne a partir de la toma de una mínima muestra de un animal, pero sin sacrificarlo.
Para llevar adelante el proceso es preciso recolectar células animales que se encuentren en el tejido nativo del animal. Según detalla el laboratorio, el procedimiento es rápido, inofensivo y bajo anestesia. Desde la muestra, se aísla a las células satélites, que luego son transferidas a un medio que contiene nutrientes y factores de crecimiento que permiten proliferar a las células como lo harían en el interior de un animal.
El bioprocesamiento consta de: la expansión celular, la formación de las fibras musculares, la fabricación del producto y la valorización de los residuos.
“La carne cultivada no es ciencia ficción y se está creando una nueva era que es la agricultura celular”, expresó el titular de la empresa y argumentó que “La población crece a gran velocidad, pero la capacidad del planeta para producir es limitada”. La carne cultivada en laboratorio permite un ahorro del 45% en energía, requiere un 99% menos de terreno y, según dijo, reduce un 96% la emisión de gases de efecto invernadero. Además, utiliza un 96% menos de agua.
El mayor desafío que afronta esta práctica, ahora, es lograr la escala requerida para agilizar el proceso productivo y convertir a la carne cultivada en un producto básico y de fácil alcance al mercado.
La carne cultivada no está modificada genéticamente, sino que es producto de la multiplicación in vitro de las mismas células que producen la carne en el animal. “El objetivo es imitar el nicho ambiental in vivo para crear un músculo comparable al tejido nativo”, aclaran.
Saludable y empática
En cuanto al consumo de carne cultivada claramente es saludable, dado que la agricultura celular puede controlar la cantidad de grasa que contiene la carne convirtiendo el producto alimenticio en magro y sano brindando todos los beneficios de la proteína animal. Tampoco es necesario cultivar las partes no comestibles como hueso, el sistema nervioso, sistema respiratorio y sistema digestivo evitando desperdicio y sacrificio.
En relación al medio ambiente, la agricultura celular es considerablemente más eficiente y respetuosa, dado que disminuye el uso de energía, la extensión de tierra requerida y el agua que el ganado tradicional necesita. Así, el desarrollo de carne cultivada en laboratorio se convierte en una opción viable que promete satisfacer la demanda de la población de manera sustentable.