Inspirado en el más puro estilo dórico, simple y monumental.
Estilo dórico, uno de los tres estilos arquitectónicos clásicos de la antigua Grecia, junto al jónico y el corintio. Fue desarrollado en el siglo VII a.C. y utilizado principalmente en la construcción de templos y edificios públicos. Reconocido por sus imponentes columnas con capiteles simples y sin adornos, un friso con metopas y triglifos, y un frontón triangular en la parte superior del edificio.
Los monumentos más famosos de la antigua Grecia reflejan el estilo, tal es el caso del bellísimo Partenón de Atenas, construido en el siglo V a.C. durante la época de Perícles. El Partenón es considerado uno de los mejores ejemplos del estilo dórico y es un símbolo icónico de la civilización clásica.
Su influencia se extendió en el mundo mediterráneo, llegando a Sicilia y el sur de Italia. Un testimonio del estilo fuera de Grecia es el Templo de Hércules en el Valle de los Templos en Agrigento, Sicilia. Este templo fue construido en el siglo V a.C. y presenta columnas dóricas masivas y un friso con metopas y triglifos.
Durante la Edad Media y el Renacimiento, se utilizó estilo dórico como un modelo para la arquitectura clásica. En el siglo XV, el arquitecto renacentista italiano Leon Battista Alberti se inspiró en dicho estilo para diseñar la fachada de la Basílica de San Andrés en Mantua, Italia. En el siglo XVIII, experimentó un resurgimiento en la arquitectura neoclásica, especialmente en Inglaterra y Estados Unidos.
El dórico es uno de los estilos arquitectónicos clásicos más importantes de la antigua Grecia y ha tenido una influencia duradera en la arquitectura occidental. Sus características distintivas, como las columnas robustas y los frisos con metopas y triglifos, siguen siendo un símbolo del ideal clásico de la arquitectura y se han utilizado en todo el mundo durante siglos.
CS